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Conoce a Miguel Campion


Miguel Campion nació en Pamplona en 1974. Se licenció en comunicación audiovisual y tiene un Máster en Filología Hispánica (Formación e Investigación Literaria y Teatral). Escritor, dramaturgo y guionista, especialista en desarrollo de proyectos audiovisuales, editoriales y teatrales, ha trabajado en productoras de cine y televisión como El Terrat y El Deseo compaginando su labor profesional con la de docente en instituciones privadas y públicas, como la UPF o la ESCAC, impartiendo clases de guión de ficción y escritura creativa. Ha publicado dos novelas: Carne de su carne e Infeliz Navidad (2013) y ha participado en varias antologías de relatos. Su texto teatral Rosaura tiene un fantasma ganó el primer premio del Certamen de Teatro Joven de Navarra en 2000. Además de sus obras escritas, ha realizado sus propios trabajos como guionista, director y productor en cine: Pepita Chan (2007) y No sé qué hacer contigo (2012) y en teatro: Lección de tango, (2015) y Las regaderas (2016). El 3 de febrero de este año estrenó en el Teatro El Escondite de Madrid su nueva obra teatral, Las regaderas, una comedia breve sobre disputas políticas

Tienes una trayectoria muy completa y ambiciosa, se podría decir que eres una persona multidisciplinar, pero nos gustaría saber cómo te resultó el comienzo de tu carrera como escritor.

Yo empecé a escribir de niño y nunca he dejado de hacerlo, aunque he cambiado de medio y de formato a lo largo de los años. Al principio intenté definirme y dedicarme solo a uno, pero con el tiempo me he dado cuenta de que son solamente distintas maneras de contar una historia, de modo que me siento igual de cómodo escribiendo narrativa, teatro o guión audiovisual. Por eso en realidad no puedo contestar a esta pregunta porque no sé cuándo puedo considerar que comencé mi carrera como escritor. ¿Cuando escribí y dirigí aquella obra en quinto de primaria? ¿O cuando escribí a medias con un compañero del colegio (un abrazo, Enrique) una novela fantástica que era un maravilloso refrito de “El señor de los anillos”?

¿Cómo combinas tu trabajo actual con tu pasión por escribir?

Es una buena pregunta, me resulta complicado encontrar tiempo porque lo primero es la supervivencia, como podéis imaginar. Un sueño imposible sería contar con un rico mecenas como los antiguos y dedicarme por completo a la escritura. ¡Si me estás leyendo, ponte en contacto conmigo! Muchos amigos me compadecen porque la mayoría de mis fines de semana estoy encerrado en casa escribiendo, pero no se dan cuenta de que eso me gusta más que hacer otras cosas.

Teniendo ese currículo tan impresionante, ¿te resulta difícil promocionar tus libros? ¿Qué medios usas para que lleguen a los lectores?

Soy un vendedor pésimo, la verdad es que me promociono muy mal. Solamente trato de tener presencia en internet, pedir reseñas, hablar con los lectores que se ponen en contacto conmigo… pero lo mío es escribir, así que además del mecenas, reclamo desde esta entrevista un editor-productor-agente-vendedor que quite ese peso de encima, le regalo un generoso porcentaje de mi miseria actual.

¿Estás trabajando en algún otro proyecto literario?

Acabo de terminar una nueva novela, “Tendremos que matarlo”. Es una novela de aventuras, ciencia ficción y humor situada en un futuro donde el amor es una enfermedad erradicada por la ciencia. Espero que pronto la podáis leer, no sé aún quién la publicará, estoy en ello. También estoy preparando la representación de mi último texto teatral, “Animales salvajes”, que espero estrenar para septiembre. Además, estoy enfrascado en la escritura de unos textos para niños que es algo que siempre he querido hacer.

¿Qué opinión te merece el panorama cultural español actual?

Eso lo dejo para los críticos y estudiosos, yo soy solamente un humilde cuentacuentos en un rincón de dicho panorama.

El libro electrónico está triunfando, cosa que ayuda a los escritores independientes que publican en digital en plataformas como la de Amazon. ¿Crees que el libro digital reemplazará al libro en papel?

Espero que no, porque ni se lee igual ni se valora lo mismo que el de papel. Yo he decidido no publicar más en digital.

Muchos autores afirman que si no estás amparado por una editorial las posibilidades de convertirse en un escritor reconocido son escasas. ¿Opinas igual que ellos?

No es cierto, conozco casos en los dos sentidos. Escritores que triunfan siendo independientes y otros que fracasan publicados por editoriales. Además, ¿quién es reconocido? Los escritores buenos de verdad los leen cuatro gatos, los grandes vendedores son de una mediocridad espantosa. Creo que un buen escritor ya solo puede aspirar a la fama póstuma. Al fin y al cabo, todo eso es lo de menos, un escritor de verdad solo debería preocuparse de hacer la mejor obra posible y no pensar en si le reconocen o le aplauden.

¿Se puede vivir de la literatura?

No, solamente si escribes con un vocabulario de menos de cien palabras y una historia previsible y estereotipada… lo cual no es literatura. A mí me han llegado a decir como motivos para rechazarme que tengo demasiado vocabulario y que soy demasiado poético. Y eso que intentaba hacer algo popular y accesible para el gran público. Por eso decidí hacer lo que me dé la gana y gustarme primero a mí. Y si quiero utilizar vocabulario “raro” o ser “poético”, lo hago. La literatura es un mensaje en una botella que se envía para que alguien al otro lado lo reciba. Quién o cuántos ya no depende del escritor.

¿Qué consejo le darías a una persona que comienza a escribir?

Que lea muchos libros, sobre todo clásicos y que estudie teoría literaria y técnicas de escritura. Pero sobre todo que escriba y que reflexione sobre su escritura, que nunca crea que ya lo sabe todo. Escribir es un aprendizaje constante, hay que ser humilde y escuchar todas las opiniones, pero no olvidar que la principal es la propia. Hay que amar lo que se escribe y a la vez mirarlo con desprecio y pensar que lo próximo lo escribirás mucho mejor.

Por nuestra parte hemos concluido, pero te invitamos a que añadas lo que desees para concluirla.

Os agradezco mucho esta entrevista y vuestra labor de difusión de los escritores minoritarios. Si esto sirve para que una sola persona lea alguna de mis historias y disfrute con ella, lo doy por bien empleado. Si he molestado a alguien con mis respuestas, le pido perdón ya que no era mi intención ofender a nadie. Tan solo soy un pobre loco romántico que se esconde tras su ironía, pero en el fondo soy de las personas más respetuosas que conozco con las obras ajenas. Hasta los que escriben una novela de quinientas páginas con cien palabras y cuatro clichés de telefilme merecen todo mi cariño y respeto. En homenaje a ellos he escrito “Tendremos que matarlo”, una novela grotesca como las suyas pero con un poquito más de vocabulario. ¡Gracias por adoptarme, sois unos amorcillos!

Todos los que componen el proyecto “Adopta un Escritor” agradecemos tu colaboración.

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